lunes, 19 de enero de 2009

Una novela histórica de las buenas


Puede parecer extraño, pero a veces, la vida cotidiana de una persona cualquiera en una época cualquiera, puede llegar a ser realmente interesante y entretenida. León el Africano es una muestra de ello.
Malouf, autor entre otros títulos de Las cruzadas vistas por los árabes (recientemen leído y en breve publicado por Javier), toma como excusa la vida de León el Africano para mostrarnos una vista panorámica del mundo mediterráneo a comienzos del siglo XVI.El libro está escrito en capítulos anuales y a modo de diario, comenzando por su nacimiento en la ciudad andaluza de Granada y finalizando por sus últimos días en la ciudad papal de Roma. Poco a poco, lentamente, pero siempre de una manera fluida y ligera, Malouf nos acompaña por las ciudades más importantes de la época y nos presenta, de un modo creíble y justificado a los personajes más trascendentes del momento.
Granada, Fez, El Cairo y Roma, son las cuatro sedes de nuestro personaje a lo largo de su vida. Pero a través de esta historia, conoceremos otras ciudades realmente interesantes como Tombuctú, Alejandría o Constantinopla. Una exquisita descripción de cada una de estas capitales nos permite saborear y oler los centros más importantes donde moraron trascendentales personajes que influirían en el futuro de los países reunidos en torno al Mediterráneo.
Pasan por el relato, de manera próxima o lejana, personajes tan relevantes como los Reyes Católicos, el emperador Carlos V, Lutero, Barbarroja, Solimán, la familia Médici o el papa León X. Una rica variedad de gobernantes y notables, que configurarán un mapa político y social que habría de durar largos años.
Quizás lo que más me ha gustado del libro es el equilibrio perfecto que consigue el autor entre las descripciones de lugares o costumbres y los diálogos entre la cantidad de personajes que aparecen. Un libro que engancha desde el primer capítulo y que quizás se haga corto en su fase final, pero que sin duda nos aportará unas horas de lectura realmente agradables y enriquecedoras. Una gozada.