jueves, 20 de enero de 2011

El masajista ciego




El 17 de diciembre de 2008, recién inaugurado este blog, parece mentira, pero ya tiene dos añitos, dedicamos una entrada al título que ahora se lee en el club de lectura "Coma", y que luego leerá el grupo "Punto". Desde los clubes de lectura "Punto y coma" de la biblioteca de Sanlúcar, queremos recordar aquella entrada:

"Lengua de trapo apuesta por lo arriesgado. "El masajista ciego" es una obra de Catalin Dorian FLorescu que hace un repaso maravilloso por la historia reciente de Rumanía. Un gustazo leer este libro de una calidad literaria maravillosa y de una profundidad soberbia. Lo recomendamos fervientemente desde la biblioteca.


Les adjuntamos a continuación un pequeño párrafo:


"Aún quedaba un átomo de belleza. Mientras lo creyera, estaba seguro.Hacía diez minutos que había cruzado la frontera. El pope iba sentado a mi lado y olía a ajo. El olor le subía desde el estómago hasta la garganta, luego hasta la boca. Nos envolvía con él, a mí, a su esposa, al joven, al leñador y a sí mismo; si continuaba haciéndolo me desmayaría y chocaría contra un árbol. En esa carretera no faltaban árboles, tampoco cruces.Eran árboles silvestres que crecían en todas direcciones, tan sólo las iglesias silvestres crecían hacia el cielo. Tenían espina dorsal. Entre los árboles había cruces. Cada cruz tenía su familia. Esta se reunía alrededor y murmuraba: «El pobrecito, aquí fue donde ocurrió». Luego se contaban unos a otros la vida del pobrecito. Cada dos o tres kilómetros el campo estaba cuajado de muertos, hasta que llegaron los primeros auxilios demasiado tarde, estuvieron allí tendidos, esperando. Probablemente aquel no fuera el peor final si es que uno quería morir. Yacían a la sombra, una leve brisa pasaba rozándolos y también el diablo, que acechaba para ver si podía llevarse a alguno.Habían llamado al pope para una extremaunción y se había llevado también a toda la familia. Era como una excursión en honor a Dios.―El hombre se ha muerto por su mal corazón. No le daba nada a nadie ―dijo el pope cuando ya habíamos recorrido un trecho.Pero en su oración tan sólo había tenido cabida el débil corazón, luego hubo ajo en abundancia, del que se deshizo en mi coche. Así a mí también me tocó algo de la extremaunción.Aceleré y nos vi tendidos bajo un árbol, el coche destrozado, sobre nosotros flotaba el olor a ajo y se mezclaba con los olores del campo. Esta tierra estaba situada bajo una espesa campana de olor. Las gentes se armaban a diario contra el diablo. Hacía mucho tiempo que este habría podido marcharse de allí, pero perseveraba. Se daba tiempo. El tiempo le seguía el juego.Los zapatos del pope relucían, pero para él no era suficiente, se los quitó, escupió sobre ellos y los frotó con la manga. En la barba se le quedó colgando algo de saliva que se limpió con la mano. Ahora tenía las manos llenas de saliva. Le importaban los zapatos, pues tenían que llevarlo aún por muchas extremaunciones y a muchas mesas puestas.El trigo se disparaba hacia lo alto, era verde y arriba del todo algo plumoso. Las amapolas parecían colgar del aire como diminutas explosiones de rojo. El campo era llano como la palma de una mano, en ninguna dirección se veía nada que se resistiera a las miradas. Era mayo, pero los asuntos que me llevaban hasta allí no eran asuntos de mayo, en los que el corazón latía más fuerte de puro amor.Cuando era joven yo había visto cómo los campesinos ponían semillas de amapola en el ataúd para que el difunto las contara y se distrajera de la despedida. Por las semillas de amapola se sabía el destino del recién nacido y el número de bocas que uno tendría que alimentar en esta vida. Los campesinos creían en esas cosas, los comunistas no pudieron hacer nada contra ello.Al pasar la frontera yo había cerrado los ojos y acelerado. Quería contar hasta diez, pero siempre se abrían en seis, como si una mano ajena los abriera. Luego un coche pitaba y los frenos rechinaban."

jueves, 13 de enero de 2011

Pessoa, en la biblioteca de Sanlúcar



Autopsicografia
                                   
O poeta é um fingidor.
Finge tão completamente
Que chega a fingir que é dor
A dor que deveras sente.

E os que lêem o que escreve,
Na dor lida sentem bem,
Não as duas que ele teve,
Mas só a que eles não têm.

E assim nas calhas de roda
Gira, a entreter a razão,
Esse comboio de corda
Que se chama coração.
                                                                      Fernando Pessoa.


Ayer, el club de lectura "Coma" de los clubes de lectura de Sanlúcar "Punto y coma"celebró su encuentro mensual, este mes,  dedicado a la figura del poeta portugués Fernando Pessoa. En el acto se pudieron escuchar canciones tradicionales portuguesas con letra del poeta luso, se hizo un recorrido por algunos acontecimientos importantes de la historia de nuestro país vecino y se habló de la vida y obra de este genial poeta, padre de los heterónimos. 

El siguiente libro que este grupo ya ha comenzado a leer es: "El masajista ciego" del rumano Catalin Dorian Florescu al que dedicaremos una entrada en nuestro blog dentro de unos días.

Os enlazo algunas de las canciones que se pudieron escuchar durante la celebración de este evento:

Mariza: "Cavaleiro monge":  




Dulce Pontes: "O infante":





Mariza: "Há uma música do povo":

lunes, 10 de enero de 2011

Feliz 2011 y a... Vivir del Cuento

 
Si hace unas décadas nos hubiesen anunciado que existirían editoriales en España dedicadas únicamente al cuento, sellos que iban a descubrir nuevos narradores o a recuperar los olvidados maestros como Carmen Laforet o Ignacio Aldecoa, muchos lo hubiesen negado.
Hoy, sin embargo, el género vive un momento de indudable esplendor, del que da cuenta nuestra biblioteca con una amplia selección de sus fondos.

¡ Feliz 2011....Os esperamos en vuestra biblioteca!