lunes, 8 de febrero de 2010

Mi pequeño homenaje




Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.”
Antonio Machado.

De nuevo, hemos de remitirnos a los tristes y sabios versos de Machado para despedir a una persona.

Hace justamente tres semanas y algunos días que dejé de trabajar en este ayuntamiento y no he podido despedirme de Juan como se despiden los compañeros que han trabajado por un mismo proyecto, por una misma ilusión. En este caso, la ilusión de la lectura, la ilusión de que la biblioteca de Sanlúcar resurgiera cual ave fénix. No he podido despedirme, no porque no hayamos querido, las circunstancias han mandado, él estaba recién operado, yo tuve que incorporarme con mucha premura; en definitiva, que no nos ha dado tiempo a decirnos adiós, ese adiós que hoy suena a eterno. 


De Juan se ha dicho mucho en estos días, se ha hablado de que era un buen hombre, de su afectividad por todos, de su cercanía. Yo, como bibliotecario, he de reconocer a Juan el tremendo impulso que supuso su entrada en el ayuntamiento para que la biblioteca pública prestara un servicio actualizado y se convirtiera en punto de encuentro de la localidad. Mucho se ha hablado en estos años de una nueva biblioteca, bien es verdad que es necesaria y que, por desgracia, Juan, que tanto lo deseaba, no va a poder verla, pero, más allá de un edificio, la biblioteca no es otra cosa que las personas y éstas, a fecha de hoy, están, acuden a la biblioteca porque encuentran servicios de calidad. Eso, queridos usuarios, se lo debemos, en gran medida, a que se invirtió en más personal, más fondo, en que se firmaron convenios con la Junta, se alfabetizó todo el fondo, se pusieron en marcha programas de formación de usuarios y de animación a la lectura con los centros educativos, se crearon los clubes de lectura, la pequeteca, se celebraron las ferias del libro con más fuerza que nunca, se creó la Red de Bibliotecas Municipales del Aljarafe (BIMA) y hoy, gracias a un trabajo en equipo, podemos decir (y yo lo digo ya desde fuera), que tenemos un servicio adecuado en un edificio que, si bien, ya no es funcional, tiene una calidez y una solera que más quisieran tener muchos pueblos (el año que viene se cumplen 40 años de su apertura).


Estos días he estado pensando mucho porque tenía la necesidad de despedirme de Juan públicamente y he querido utilizar el blog de la biblioteca para hacerlo. Sólo apuntar, que como bibliotecario que soy, uno de mis trabajos es facilitar la información a los usuarios y crear una colección local que recoja la historia y el día a día de nuestro pueblo. En esta línea y haciéndole mi particular homenaje a Juan Escámez, he hecho una recopilación de todo lo que se ha publicado estos días sobre su partida y mañana mismo lo llevaré plastificado a la biblioteca, para que un día, se pueda explicar a las generaciones venideras quién fue Juan Escámez y que murió prestando servicio público, luchando por su pueblo hasta unas horas antes de marcharse, ligero de equipaje, como se van los hombres de bien.



Hasta siempre, Juan. Desde la biblioteca, se te echará mucho de menos.